En los últimos años, el cifrado digital ha sido objeto de lo que los antropólogos llaman silencio social. Puede ser una parte fundamental de nuestras vidas: confiamos en él cada vez que realizamos operaciones bancarias en línea, enviamos información confidencial o usamos telemedicina. Sin embargo, no tenemos idea de cómo funciona realmente.
Durante un debate con expertos en computación cuántica en el Foro Económico Mundial (FEM) la semana pasada, algunos científicos opinan que los ordenadores resolverán problemas muy complejos de una manera más flexible que los modelos tradicionales.
Nuestras cuentas bancarias, correos electrónicos y otras transacciones serán vulnerables a los ciberdelincuentes. Lo mismo ocurrirá con los activos digitales como Bitcoin, puesto que la mayoría de las cadenas de bloques se basan en una criptografía similar. No obstante, recuerda Jeremy O’Brien que tenemos tiempo para prepararnos.
El hecho de que hayan pasado años para prepararse para la llegada de la computación cuántica les da a los reguladores como Frick Heijmann, tiempo para aprender del pasado sobre lo que no se debe hacer. Sin embargo, dijo que la informática cuántica se encuentra en sus primeras etapas, por lo que tenemos la oportunidad de hacer un mejor trabajo.
En el caso de que el debate público se lleve a cabo lo suficientemente pronto, Heijman confía en que podamos cosechar los beneficios de estos increíbles avances en computación, mientras mejoramos nuestros sistemas al mismo
tiempo. Tenemos que reducir la amenaza criptográfica en un mundo posterior a RSA.
Incluso los gobiernos con ideas afines pueden tener dificultades para adoptar una estrategia común, puesto que gran parte de la innovación está impulsada por el sector privado en lugar de los grupos del sector público que alguna vez impulsaron los avances tecnológicos. Esto plantea un importante problema de acceso. Por el momento, los expertos solo tienen una idea de lo que es o podría llegar a ser la computación cuántica.