Empresas como Amazon o Microsoft han optado por destruir los dispositivos de almacenamiento en las áreas de seguridad, pero expertos de la industria consideran que se pueden llevar a cabo otras opciones.
El director de operaciones de Techbuyer, Mick Payne, se vio envuelto en la locura de la eliminación de activos informáticos que contenían infinidad de datos en forma de discos duros, almacenados en una sala de la empresa.
Pensó en el error que sería deshacerse de ellos sin buscar otra alternativa, pudiendo desarrollar una opción más rentable y segura. La propuesta de Payne se centraría en borrar los datos y vender ese mismo disco duro a otros clientes, utilizando programas informáticos para eliminar los dispositivos de forma segura y venderlos en el mercado secundario.
La razón principal por la que interrumpir este proceso de destrucción de datos es para evitar que los datos se filtren y provocar el temor en los clientes de confianza, es decir, transmitir confianza.
A pesar de esta propuesta rentable y menos dañina, las empresas como Amazon y Microsoft siguen optando por la eliminación de los casi 70 millones de servidores que se calcula que hay por todo el mundo.
Es complicado saber con exactitud la cantidad de discos duros que se desechan cada año en el mundo pero se estima que solo en América son al menos 20 millones, aunque algunas empresas se deshacen de los dispositivos al cabo de unos años.
Las pequeñas cantidades de materia prima que se pierden a la hora de ser trituradas se van acumulando, creando así un total de 54 millones de toneladas de residuos electrónicos al año en todo el mundo. Esto provoca la demanda del enorme problema de sostenibilidad que sufrimos hoy en día.
Aunque se están llevando a cabo varios proyectos piloto para intentar recuperar algunos de los materiales que se pierden en la trituración, destrozar un disco después de unos años de uso sigue violando la primera regla del consumo sostenible: reutilizar siempre es mejor que reciclar.
Un estudio realizado en este año descubrió́ que la reutilización de un disco duro evita cuatro veces más emisiones de dióxido de carbono que trocearlo y someterlo a los mejores procesos de reciclaje imaginables, si se comparan ambas situaciones con el reciclaje actual.
El mismo problema es aplicable a los servidores completos que, cuando se considera que ya no son útiles, suelen enviarse a reciclar en lugar de reutilizarse.
De forma concluyente se podría decir que las Big Tech podrían cambiar su metodología a la hora de gestionar el futuro de los discos duros, elaborando un proceso de eliminación de datos y la reutilización del elemento de almacenamiento.
Aun así, las empresas no consiguen dar ese paso completo, aunque Google y Microsoft anunciaron que prolongarían más años el uso de los discos. De esta forma se podrá influenciar a otras empresas a hacerlo y así darle una oportunidad a la sostenibilidad, pero, sobre todo, a sus clientes.